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Llamamos wearables a todo tipo de tecnología “ponible” o “llevable” que nos rodea hoy en día. En este sentido, a muchos les viene a la cabeza la duda de si es mejor un smartwatch o una smartband, pero hay muchos tipos de wearables y, en realidad, cada uno tiene sus ventajas.
La tecnología wearable se remonta a la década de los años 70, cuando el investigador Steve Mann desarrollaba y probaba su dispositivo EyeTap en el MIT, unas gafas estilo cyborg e inspiradoras de lo que años después serían las Google Glass.
Desde entonces, ha habido muchos desarrollos en la tecnología wearable y que han dado lugar a una serie de interesantes dispositivos en el mercado.
Quizá el gadget más común y popular sea el smartwatch o reloj inteligente y la smartband. Ambos dispositivos han evolucionado a lo largo de los últimos años hasta alcanzar una especie de fusión que hace más difícil que nunca la elección entre un tipo de producto y otro. Aún así, mantienen prestaciones específicas que te ayudarán a decantarte por uno u otro, dependiendo del uso que vayas a darle.
Lo cierto es que, en cualquier caso, el seguimiento de la salud y la forma física son áreas en las que estos wearables brillan. Tanto los smartwatch como las smartband pueden utilizarse para controlar el ritmo cardíaco y la presión arterial, hacer un seguimiento de la actividad física, ayudar a dormir mejor e incluso recordar cuándo es el momento de beber agua o dar un paseo.
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Si hubiésemos escrito este artículo hace unos años, la lista de las diferencias entre ambas categorías de producto sería mucho más amplia. No obstante estamos viviendo un fenómeno que no podemos obviar. Los smartwatch y las smartband están viviendo una especie de fusión en diseño y prestaciones, llegando a equipararse prácticamente en ambos sentidos.
La mejor manera de entenderlo es mediante un ejemplo gráfico. Échale un vistazo al último lanzamiento de Xiaomi, la Mi Smart Band 7 Pro. A priori estamos ante una smartband, pero, ¿no pasa por un smartwatch? No obstante, si obviamos casos tan marcados como este, podemos marcar las diferencias, ventajas y desventajas entre los smartwatch y las smartband.
Los smartwatch tienen un aspecto que se asemeja más a los relojes tradicionales. Es decir, que por lo general, cuentan con un diseño cuadrado o redondo. Prácticamente todas las grandes marcas de tecnología cuentan con el suyo propio: Xiaomi, Samsung, Apple, Google…
Pueden contar o no con conectividad propia y por lo general ofrecen prestaciones de sobra para monitorizar la actividad deportiva. En la historia de los smartwatch, hemos visto algunos que incluso se animaron a integrar una cámara de fotos propia.
Dependiendo de su rango de precio pueden contar con más o menos sensores como el que mide la saturación de oxígeno en sangre (SpO2) o el ritmo cardíaco. También y a través de una combinación de hardware y software, es capaz de prever los pasos andados, las calorías quemadas o los ciclos del sueño. También es una excelente segunda pantalla de nuestro móvil, lo que hace que lo saquemos mucho menos del bolsillo al permitir ver y contestar a mensajes de WhatsApp o llamadas entrantes.
Llevan años en el mercado y, aunque suelen tener menos fuerza tras la popularización de los smartwatch, pero poco a poco se ha ido haciendo con un importante hueco en el mercado.
Se trata de pulseras cuentapasos o pulseras de actividad con pantalla que sirven para contabilizar el esfuerzo físico y tienen menos opciones de conectividad y socialización.
A pesar de lo simples que pueden parecer, hay auténticos gigantes relacionados o no con el mundo del deporte, que cuentan con smartbands: Fitbit ahora parte de Google, Garmin, Huawei, Nike, Polar o Samsung, son algunos ejemplos.
Los smartband se pueden considerar como versiones más avanzadas de los podómetros tradicionales. Además de contar pasos, integran acelerómetros y altímetros para calcular la distancia recorrida y realizar gráficos sobre el el total de la actividad física. También calculan la quema de calorías y en algunos casos monitorizan el ritmo cardíaco y la calidad de sueño.
Precio más económico
Amplísima oferta en el mercado
Llegados a este punto tú vas a ser el que mejor pueda responder a esta pregunta. Tienes que tener claro para qué quieres el producto. Si te apetece contar con tecnología en tu muñeca, que además de dar la hora te permita responder o rechazar llamadas, los WhatsApp y contar con funciones de monitorización de la salud, el smartwatch puede ser la respuesta.
Si por lo contrario tienes claro que lo quieres solo para hacer deporte, lo mejor es que eches un vistazo a la gran cantidad de smartbands que hay en el mercado hasta que encuentres una que te guste por diseño y funciones. No obstante, como siempre, el presupuesto marcará mucho la línea de lo que vamos a poder comprar, pero por suerte hay rangos de precio para todos los bolsillos.
Desde Llamaya, esperamos haberte ayudado a elegir entre una smartband y un smartwatch. Como hemos comentado anteriormente, ambas categorías de producto están viviendo el inicio de una especie de fusión que no sabemos bien cómo acabará. Esperamos que disfrutes de tu nuevo gadget, elijas lo que elijas.