En la prehistoria de los ordenadores, conseguir que un archivo de tu PC estuviera en el móvil y viceversa era toda una utopía. Con el paso de los años se hizo posible, pero seguía siendo increíblemente tedioso.
Con la aparición de los teléfonos inteligentes, y especialmente las tecnologías de conectividad inalámbrica, transferir archivos entre un móvil Android y un PC se convirtió en un simple trámite de unos pocos minutos.
Ahora bien, aunque muchos usuarios siguen recurriendo al cable para esto, la realidad es que existen otros muchos métodos más cómodos y rápidos. Hoy en Llamaya repasamos los más importantes.
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No es ni mejor ni peor, pero sí más lenta que otras formas surgidas recientemente. Junto a tu teléfono móvil lo habitual es que encuentres un cable USB para conectarlo, o bien al propio cargador, o bien a otro dispositivo.
En nuestro caso la terminación sería un PC, sin importar si es de sobremesa o portátil. Al conectar el smartphone, aparecerá una notificación solicitando el permiso para transferir archivos. Normalmente suele aparecer junto a otras similares pero más restrictivas.
Por otro lado, en el ordenador tendrás que ir a "Mi equipo", y en el apartado donde aparecen las conexiones externas debería listarse una carpeta con la información de tu teléfono. En esencia, lo que podrás es mover archivos de cualquier tipo desde el Explorador de Windows.
Aunque es menos común encontrar tarjetas de memoria SSD en los teléfonos, si ese es tu caso, lo único que deberás hacer es acceder a ella dentro del propio espacio dedicado a tu smartphone en el PC.
Ten en cuenta que este sistema, aunque práctico, requiere tener cierta paciencia para que no se sature. Los archivos más pesados, como películas o vídeos, pueden llegar a dilatarse durante horas.
Es, quizás, el patito feo de las conexiones inalámbricas, pero resulta igualmente práctico a la hora de transferir archivos entre el teléfono y el ordenador. Eso sí, hay que considerar que la estabilidad de la conexión podría no ser la mejor.
Para lograrlo solo tienes que activar, por un lado, el Bluetooth de tu smartphone; desde la barra de notificaciones o desde Ajustes, y Conectividad. El efecto es el mismo.
Por otro, deberás acudir al ordenador, y en el apartado de "Dispositivos" de la Configuración, seleccionar "Bluetooth y otros dispositivos". Lo normal es que surja una ventana de confirmación en la que deberás introducir un código.
Los números que aparecerán en tu teléfono sirven para asegurar el emparejamiento y evitar que un tercero se interponga entre los dos aparatos. A partir de ahí, el resto del proceso es el mismo que con cable.
No obstante, considera que, o bien tu PC quizás no tenga si quiera Bluetooth, o bien que sea tan antiguo que su driver no sea compatible con la tecnología de tu smartphone. En ese caso lo mejor sería comprar un adaptador, aunque ya no te saldría gratis.
La nube es un espacio digital de almacenaje que no entiende de dispositivos. Ahí solo se discriminan tipos de archivos, y, obviamente, carpetas para organizar la información. Por eso resulta ideal para transferir cosas del móvil al PC y viceversa.
Basta con que compartas la cuenta utilizada en alguno de estos servicios Cloud, para que lo guardado en el smartphone aparezca en el ordenador. Un cambio en cualquiera de las carpetas debería replicarse en cualquier dispositivo que acceda a ellas.
Google Drive, Dropbox, Microsoft 365 y OneDrive son las alternativas más conocidas y seguras para llevar a cabo este sistema. Si cuentas con Windows 10, lo normal es que apuestes por la última, al ya venir preinstalada.
Lo único que debes recordar es que la nube no es un espacio tan seguro como el físico, y que las precauciones tienen que ser máximas: no transfieras nunca archivos confidenciales, y renueva frecuentemente las contraseñas.
Para utilizar la conectividad Wi-Fi la única posibilidad pasa por acudir a la tienda de aplicaciones —en este caso Google Play Store— y elegir alguno de los muchos softwares especializados en transferencia de archivos.
Observando que existe una lista casi infinita de opciones, y que no todas son siempre seguras, a continuación reflejamos las que cuentan con más descargas, y por tanto, son más fiables de cara a posibles problemas:
Todas estas aplicaciones funcionan con un software gemelo. Es decir, que deberás descargarte el programa del mismo nombre para ordenador. Con eso, y la conexión Wi-Fi activada en el PC y el móvil, el resto del proceso debería ser sencillo.
Lo más habitual es encontrarse con interfaces simplificadas y limpias, y con tutoriales que te acompañan de la mano durante todo el camino. Lo único que debes tener en cuenta es el nivel de accesos solicitados, y si cuenta con una versión premium más interesante.
Parece increíble, pero al final la opción que más triunfa es la que se adapta mejor a las necesidades de los usuarios. Ese es el ejemplo de las aplicaciones de mensajería; un software pensado para chatear, que con el tiempo ha terminado ganando otros usos igual de prácticos.
¿Cómo se hace? Debes abrir la versión Web de la app en cuestión, y enviar —con el móvil— a cualquier conversación el archivo que quieres transferir al ordenador. Las alternativas más conocidas son tanto Whatsapp como Telegram.
Este es un proceso sencillo y rápido que te evita tener que pasar por el Explorador de archivos de Windows, y hacerte así con la imagen o el vídeo que quieres de forma instantánea. Ahora bien, no todo son cosas positivas.
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