Contenido
Puede que pasemos más o menos tiempo delante del ordenador, pero de lo que no hay duda es que tarde o temprano deberemos realizar una limpieza a sus componentes. Lo curioso es que aunque todo forma parte del mimos ecosistema, el método de limpieza no es el mismo. No es lo mismo limpiar la pantalla que el teclado o el ratón.
Hoy nos vamos a centrar en el ratón, ese elemento imprescindible que nos permite movernos con rapidez cuando navegamos por la red o jugamos. El mantenimiento del ratón es fundamental para que todas estas tareas se realicen con fluidez. Es cierto que los viejos ratones de bola, han sido sustituidos (que no extinguidos) en su mayor parte por los ratones ópticos, ya sean infrarrojos o láser.
Sin embargo, aunque ya no tengamos que limpiar una bola de goma llena de polvo y grasa, los ratones de hoy sufren los envites del polvo y la suciedad como siempre. Son más precisos, pero esta precisión se verá afectada si no mantenemos una adecuada limpieza en torno al ratón. Pero, ¿cómo se limpia correctamente el ratón de un PC?
También te puede interesar: Los mejores ordenadores All in One que puedes comprar en 2022
Aunque pueda parecer que un ratón de ordenador no necesita limpieza, tanto en la superficie del ratón como en la parte inferior se acumula suciedad y mugre. Esto puede causar problemas con el movimiento del cursor en la pantalla. La mayor parte de los ratones de hoy son ópticos (con luz) por lo que el polvo acumulado en su interior interferirá tarde o temprano en su rendimiento.
Es recomendable quitar las pilas en caso de que sea inalámbrico o desconectarlo del PC si tiene cable. Así evitaremos posibles conflictos y movimientos involuntarios en caso de que el ordenador esté encendido.
Una de las mejores herramientas para limpiar el ratón es utilizar un cepillo de dientes y un paño de microfibra. Después tendremos que frotar toda la superficie del ratón para cualquier resto de polvo o suciedad del interior de las grietas. Haz lo mismo en la parte inferior, concretamente en el lector óptico de manera suave y de adentro hacia fuera.
También podremos limpiar la superficie del ratón con un bastoncillo de algodón y utilizar alcohol isopropílico para limpiar entre los botones. De esta forma también sanearemos el ratón contra los gérmenes presentes en la superficie. Si apreciamos migas o suciedad entre los botones, podremos usar un palillo de dientes para quitarlas.
Para limpiar los laterales del ratón puedes utilizar aire comprimido. Este puede introducirse en el interior del ratón y soplar el polvo que se haya ido acumulando a su alrededor. Es importante no usar objetos afilados como alfileres o clips que podrían dañar el ratón o sus componentes internos.
Hay ratones que permiten desmontar ciertas piezas como los botones o la carcasa superior. Es algo habitual en muchos ratones gaming. Comprueba si el tuyo puede desmontar algunos complementos para poder limpiarlo por separado y conseguir un resultado más efectivo.
Aunque no hay una regla escrita, el ratón debe limpiarse cada dos semanas aproximadamente. Todo dependerá del uso que hagamos del mismo. No es lo mismo ser un gamer empedernido que entrar al PC de vez en cuando para imprimir un documento o buscar alguna foto. No obstante, el polvo se acumulará de todos modos con el paso de tiempo, uses o no el ratón.
Por tanto, la mejor forma de mantener limpio el ratón del ordenador es hacerlo a menudo. Si puede realizar los pasos anteriores una vez al mes o incluso una vez a la semana, evitarás muchos problemas con este periférico.
Aunque estas reglas de limpieza son estándar, ten en cuenta que el fabricante de tu ratón podría incluir instrucciones de limpieza recomendadas. Echa un vistazo primero para realizar la tarea confirme a dichos consejos.
Desde Llamaya, esperamos haberte ayudado una vez más. Limpiar el ratón de vez en cuando debería ser una de esas tareas que tengamos marcada como algo rutinario. Todo el proceso lleva muy pocos minutos y lo cierto es que los resultados pueden sorprender, ya que el rendimiento del ratón mejorará al instante, sobre todo cuando llevamos mucho tiempo sin limpiarlo (o nunca lo hemos hecho).