5G NSA vs 5G SA: ¿cuál es mejor?

Está todos los días en todos los medios, y las compañías de teléfonos no dejan de hablar de él. El 5G promete revolucionar el futuro de las comunicaciones y sin embargo, no todos saben exactamente cómo.

Aunque de cara a los consumidores, la prensa siempre tiende a simplificar, lo cierto es que el salto de una generación (G) a otra no se produce de forma instantánea.

Y esto es lo que ahora invita a hablar del 5G NSA y del 5G SA: dos ramificaciones de una misma innovación. ¿Cuál es mejor? ¿En qué se diferencian?

Hoy en Llamaya desarrollamos un tema que te permitirá evitar especulaciones y aproximarte a la nueva tecnología con conocimiento.

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Una historia que se repite

Ya sucedió con el 4G, con el 3G y hasta con el lejano 2G. El anuncio de la llegada de una nueva generación de telecomunicaciones no es sinónimo de lanzamiento.

Durante los meses previos a la instalación real, se tiende a exponer ventajas, evoluciones y desarrollos, pero estos no terminan de verse materializados una vez se pone en funcionamiento la generación.

Con el llamado "encendido del 5G", de igual forma, solo se está haciendo referencia a las bases sobre las que las compañías y las leyes se asentarán. De hecho, ya están previstas las distintas fases de lanzamiento —con etapas y objetivos propios— de la última tecnología.

Se trata de un proceso que se extenderá a lo largo de toda una década, y que permitirá diferenciar claramente al 5G de 2020 con el de los últimos años de funcionamiento.

El salto entre el 4G y el 5G será evidente, sí, pero con el paso del tiempo seguirá mejorando tanto la velocidad de descarga como la de la banda ancha. UMT, HSDPA o HSUPA fueron, por ejemplo, algunos de los protocolos que marcaron las fases del 3G.

Siglas para aclarar

La 3GPP es la organización que durante más de dos décadas se ha encargado de regular el avance de las telecomunicaciones y la instalación de cada una de las generaciones.

Y sí, también es ella la que ha decidido cómo habría de llegar el 5G: con una primera fase híbrida, en la que se aprovecharán todas las infraestructuras del 4G, y una segunda íntegramente nueva, soportada en las antenas y los servicios que ya se están preparando.

Ambas emplearán el mismo espectro de radio del 5G, pero lo harán de una forma distinta, con resultados obviamente diferentes.

5G NSA

También conocido como 5G no autónomo o 15 3GPP, esta fase implicará el uso de la red Evolved Packet (EPC) ya empleada en el 4G, y la evolución de la parte radio del LTE a un nuevo estándar: New Radio (NR).

Las prestaciones que ofrecerá a los usuarios está disposición estarán lejos de lo prometido como punta de lanza por el 5G. ¿Por qué se hace entonces así? Las compañías se enfrentan al clásico dilema de potencia/rango.

Cuanto más rango se ofrece, menos potencia es la disponible. Por eso en grandes ciudades como Madrid y Barcelona se tienden a priorizar los GHz a costa de reducir el alcance de la tecnología.

Encontrar un equilibrio entre ambos parámetros es lo que llevará al 5G NSA a transitar con el paso del tiempo; primero con la banda de 3,7GHz ya operativa, y posteriormente con la de 700 MHz.

Esta última aumenta el rango y la calidad de la cobertura, pero su llegada se retrasó algo más porque antes las frecuencias debían de ser licitadas o repartidas entre los distintos operadores interesados.

En la práctica, el 5G NSA permite a los usuarios acceder a la nueva generación alternando entre el 4G y el 5G dependiendo de las condiciones, y ofrece un incremento de velocidad hasta los 2Gbps y una reducción de latencia hasta los 10ms.

5G SA

Cuando las infraestructuras estén listas, y los usuarios dispongan de smartphones aptos, se iniciará el lanzamiento del 5G SA: la nueva generación en práctica real que ofrecerá ventajas no solo en el mercado de consumo.

Empresas tecnológicas, fábricas, laboratorios. Todas las organizaciones que empleen redes de comunicación verán como cuestiones antes utópicas se convierten en posibles. La llegada de nuevos productos y servicios mejorados será cuestión de tiempo.

¿Qué ofrecerá el 5G SA? Pues nada menos que una velocidad de descarga de al menos 20 Gbps, con tiempos de subida y de bajada que todavía están por definir.

Lo más interesante es que empleará una arquitectura 5GNR con core basado en software de red, y que facilitará el desarrollo de tecnologías como el Machine Learning, el Network Slicing y el Mobile Edge Computing.

Las latencias de en torno a 1ms se convertirán en la norma, y los retardos habituales en los móviles serán cosa del pasado. 1 millón de dispositivos por kilómetro cuadrado podrán beneficiarse de ello.

Tal y como recoge Oppo, el 5G Standalone Access permitirá ofrecer "una red super rápida y flexible, con una latencia ultra baja, y una consecuente reducción de costes operativos".

Ahora bien, esta fase no comenzará hasta finales de 2021. Mientras tanto, empresas y usuarios deberán adaptarse con aparatos capaces de operar en esas nuevas infraestructuras.

Cómo acceder a una y otra fase del 5G

Desde principios de 2019 las marcas ya ofrecen smartphones capaces de soportar el 5G NSA. No obstante, en el futuro será importante para los usuarios saber si pueden avanzar el SA o no.

Para eso habrá que observar el módem de cada dispositivo. Por suerte, aunque los primeros móviles solo operaban con Qualcomm X50 y Exynos 5100, casi cualquier opción del mercado ya está preparada para el futuro 5G.

A fin de salir de dudas, es vital que en la compra del teléfono se compruebe la ficha técnica. Si en esta aparece reflejado el uso de la tecnología Qualcomm X55 o Balong 5000, significa que podrá aprovechar todos los beneficios del SA.

En cualquier caso, no merece la pena obsesionarse ni preocuparse. Atendiendo a la vida media de los smartphones y la frecuencia de renovación, todos contarán con acceso al futuro de las telecomunicaciones en algún momento de los próximos 10 años.

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