Llegas a casa después de todo el día trabajando, te tumbas sobre la cama, y cuando vas a empezar a usar tu teléfono, de pronto te quedas sin señal Wi-Fi. ¿Qué ha pasado? La posición del router, incidencias en la red, una mala configuración del dispositivo… Los motivos son numerosos, y en muchas ocasiones suelen combinarse generando situaciones complicadas de resolver.
Sin embargo, siguiendo unos sencillos consejos, es sencillo aumentar la potencia de la señal sin gastar ni un solo euro. ¿No puedes ver vídeos porque pierdes la conexión? ¿Se te corta la partida online de ese juego tan competitivo?
En Llamaya repasamos algunos de los trucos más efectivos para arreglar los habituales problemas de señal con el router y mejorar la señal Wi-Fi en casa.
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No son decorativas, ni funcionan como la antena de la radio que llevas en el coche. Cuando compras un router, ni en las instrucciones ni en ningún otra parte de la caja suele aparecer una recomendación al respecto.
Pero lo cierto es que las antenas son importantes a la hora de potenciar la señal del Wi-Fi. De acuerdo con un ingeniero de Apple, lo ideal es colocar ambas antenas formando un ángulo de 90 grados entre ellas. ¿Por qué?
Al colocar las antenas como si fueran dos piernas dando un paso, se consigue que el punto de acceso y el cliente coincidan en términos de polarización. Cuando se encuentran en el mismo plano, el rango de señal que ofrece el router se estabiliza, haciendo que los dispositivos que están a su alcance muestren conexiones más estables.
Nadie te obliga a hacerlo, pero si reinicias el router un par de veces a la semana, estarás siempre más cerca de tener la señal de mayor calidad. Cuando apagamos este aparato, la conexión con la centralita se refresca, apareciendo en su lugar una nueva conexión con mayores probabilidades de funcionar mejor.
La mayoría de routers ya incorporan un botón de reinicio, pero es necesario que el aparato esté entre 5 y 10 minutos apagado para que pueda ejecutar bien el proceso. Este es el consejo que las operadoras suelen dar en un primer momento porque en muchas ocasiones da resultados rápidos y eficientes.
¿Has pensado donde colocar el router? ¿O lo has hecho en función de la posición del ordenador principal de la casa? La ubicación de este aparato es determinante a la hora de poder hacer uso del Wi-Fi desde cualquier punto del domicilio sin problemas.
Es habitual encontrarlo escondido debajo de una encimera, en una esquina recóndita y fuera de la vista, o en la habitación más alejada de la puerta principal. Ahora bien, si quieres mejorar la señal, es importante que el router se encuentre en el centro exacto de la casa para que reparta bien su rango de acción, y que no tenga que atravesar demasiadas paredes.
Debe estar en una posición elevada para evitar el efecto aislante del suelo, y liberado de obstáculos que puedan interferir en la señal. Materiales como la madera, el cristal o el metal, tienen efectos realmente negativos sobre el alcance del router.
Los espejos y los aparatos electrónicos, especialmente los electrodomésticos, también son enemigos de la señal. Aplicaciones como NetSpot o HeatMapper permiten hacer un mapeo del domicilio, para comprobar dónde es más y menos intensa la señal. En función de eso podrás actuar.
La gran mayoría de los routers que se venden actualmente son de doble banda. ¿Qué significa esto? Que el aparato genera dos señales distintas con frecuencias diferentes; la de 2,4 GHz y la de 5 GHz.
La primera es la tradicional, y la que tienen asignada de base la mayoría de los routers. Sin embargo, en algunas situaciones es más interesante apostar por la banda de mayor frecuencia. Sí, una razón tiene que ver con la velocidad, pero no todo son ventajas.
La banda de 2,4 GHz proporciona menos velocidad, suele estar más saturada y tiene menos canales. Esto implica que, si tienes varios dispositivos conectados a la misma red, es probable que la conexión se vea muy resentida cuando estés enlazado desde varios puntos al mismo tiempo. Su principal y casi única ventaja es que posee más rango de actuación, algo importante cuando hablamos de smartphones y tablets.
La banda de 5 GHz tiene, por el contrario, menos alcance, pero ofrece rendimientos de velocidad mucho mayores. Y no solo eso: posee muchos más canales, y es menos frecuente que sufra interferencias por causas externas.
Dependiendo de la posición del router, deberás elegir la que mejor funcione para tu caso. Para ello puedes utilizar aplicaciones como Network Analyzer o Wifi Analyzer, que te permitirán ver cuáles son los canales más saturados por los vecinos y usuarios cercanos.
Todos los routers llevan en su interior un programa que controla el funcionamiento de todo el dispositivo. Lo normal es que la actualización de este firmware se realice de forma automática, pero no siempre es así. Los fabricantes suben de vez en cuando actualizaciones que es aconsejable instalar para evitar posibles errores o bugs del aparato.
Para ello has de entrar en la página de administración de tu router, y ahí, además de poder configurar muchos parámetros, podrás actualizar el firmware si es que hay disponible una nueva versión del programa. Claro que, para no perder tiempo, es recomendable que antes siempre consultes en el manual del dispositivo el funcionamiento de las actualizaciones.
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